La Estrategia de Maduro
Entre el Garrote y el Bisturí
Omar José Hassaan Fariñas
El Gobierno Bolivariano ha tomado una serie de medidas, que, si se analizan desde una óptica global, se puede discernir de las mismas una estrategia bastante coherente y metódica, que no obedece a estímulos “mercuriales” o “apasionadas” y que ignora los impulsos instintivos más básicos y emotivos, a favor de la razón, la lógica, y sobre todo, la sabiduría en el manejo de esta agresión política, económica y social que enfrentamos todos los venezolanos. La calve aquí es la paciencia, y sobretodo, la prudencia. Podemos, por el momento, denominar el conjunto de medidas y acciones por parte del Gobierno Nacional como la “Estrategia de Maduro”, aunque en realidad, y si le preguntamos al mismo Presidente, nos diría que la misma fue, es y seguirá siendo, la estrategia del propio Comandante Hugo Chávez Frías.
A criterio de quien suscribe, evaluar la estrategia del Presidente Maduro requiere de una visión que transcienda lo meramente local o nacional, producto – en primer lugar - de las semejanzas entre la situación venezolana y otras instancias en el sistema internacional que padecen de esta misma “enfermedad crónica”, instancias que – en todos los casos, interesantemente - poseen gobiernos que no se circunscriben a las políticas de Washington. En segundo lugar, es necesario transcender lo local (nacional) en vista de que los verdaderos actores intelectuales de la agenda sangrienta contra Venezuela, no viven en el país. A nuestros criterios, la estrategia del Presidente Maduro para neutralizar la agresión terrorista es la única verdaderamente válida para salvar no solamente a la Revolución, sino la democracia y hasta el propio país y todos sus habitantes, aunque los “movimientos estudiantiles” de la oposición no lo crean. A continuación, esperamos demostrar la veracidad de lo que acabamos de afirmar.
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