Las Guerras Económicas como Conflictos de Clases
Estrategias para la Revolución Bolivariana
Omar Hassaan Fariñas
El primer acto de discernimiento, el mayor y el más decisivo que lleva a cabo un estadista o un jefe militar, es el de establecer correctamente la clase de guerra en la que están empeñados y no tomarla o convertirla en algo diferente de lo que dicte la naturaleza de las circunstancias. Este es, por lo tanto, el primero y el más amplio de todos los problemas estratégicos.
Carl Philipp Gottlieb von Clausewitz, Vom Kriege (Sobre la Guerra) - 1832
La burguesía parasitaria venezolana le ha declarado la guerra económica al pueblo… Entonces aquí estamos en guerra económica, ellos están diciendo y repitiendo todos los días que yo declaré una guerra económica. No, yo no declaré guerra, la burguesía declaró la guerra, y eso hace tiempo ya, guerra económica, estamos en plena batalla económica, ellos, burguesía parasitaria; ellos, burguesía apátrida, que gobernó nuestro país desde hace 100 años.
Hugo Chávez Frías, Aló Presidente No. 361 - 2010
CONTENIDO
Introducción
Los Cinco Discursos
Los Antiguos Discursos Ideológicos y Mediáticos
Definiciones Preliminares
Guerras Económicas – Pasado y Presente
La Guerra de Clases y el Enfoque Estratégico
La “Solución Nicaragua”
El Arte de la Guerra
Lo Heterodoxo y Atípico en las Guerras de Clases
El “Plan Schlieffen” de la Burguesía
Guerra y Consciencia de Clase
El documento actual – el cual se divide en dos secciones - pretende explorar la naturaleza de una guerra económica que vive el pueblo de la República Bolivariana de Venezuela – la cual consideramos en realidad una guerra (o conflicto) de clases, enfocándonos en el contexto del periodo entre febrero de 2013 y febrero de 2015. Lo que motiva nuestras investigaciones son ciertas percepciones y nociones que se divulgan en el seno de la sociedad venezolana – en relación a los desafíos socioeconómicos que enfrentamos en la actualidad – la cual considera que estos mismos pudieran “desaparecerse” - automáticamente - al “salir” de Nicolás Maduro y su “bendita revolución”. Al salir del proceso bolivariano, la inflación, el desabastecimiento y las “colas”, a la vez de la inseguridad, serán todos asuntos del pasado. Esta percepción – la cual cobra más fuerza cada día – es un producto directo de los efectos psicológicos y sociológicos engendrados por las realidades materiales que nacen de la misma guerra que será explorada en este documento.
Esta investigación fue motivada igualmente por las preocupaciones que posee el autor de la misma por la percibida atención y enfoque que le otorga el gobierno nacional a las múltiples “cortinas de humo” que siguen lanzado las fuerzas opositoras en el país - las “guarimbas”, las protestas, las marchas, los llamados a paros, los ataques políticos y diplomáticos, las sanciones imperiales, etc. - todas con el objetivo de impedir el desarrollo de una visión estratégica por parte de los líderes de la revolución, y confundir los mismos entre ataques secundarios y “tácticas de distracción” por un lado, y el ataque principal y mortal para el proceso político que nos dejó el Comandante Hugo Chávez, por el otro. La preocupación de quien suscribe consiste en la posibilidad de que dichas “cortinas de humo” logren desviar la atención del gobierno, lejos del peligro mortal para la Revolución Bolivariana (hasta que efectivamente sea ya muy tarde), peligro que a criterio de quien suscribe, consiste en la propia “embestida” económica, caracterizada por el mal definido binomio escasez – inflación.
La exploración de la naturaleza de la guerra económica que se presentará en el documento actual buscará resaltar la importancia de definir y conceptualizar correctamente qué tipo de guerra enfrentamos, antes de poder definir qué tipo de estrategia se requiere para responder a la misma. La percepción que existe en el seno de la sociedad venezolana señalada arriba busca argumentar que el objetivo de la guerra económica es simplemente el gobierno bolivariano, y la desaparición del segundo implica automáticamente la reducción de la intensidad de la primera. En otras palabras, parecería como los grandes asedios militares de la historia clásica y medieval, en los cuales un ejército invasor cercaba las fortificaciones externas de una ciudad, demandando la cabeza del líder de la misma a cambio de hacer la “paz”, suspender el asedio y dejar entrar a la ciudad las provisiones necesarias (comida, bebida, etc.). Luego de entregarle la cabeza de su líder y permitir la entrada del ejército a la ciudad asediada, los invasores perpetrarían una masacre contra la población, ya que el verdadero enemigo de los mismos era la población de la ciudad, y no simplemente el líder. Esta concepción que existe actualmente en ciertos sectores de la población venezolana es - a nuestros criterios - categórica y paradigmáticamente errónea, asunto que esperamos poder establecer en el documento actual.
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