El “Síndrome de Troya” y la Soberanía Ucraniana
¿Cómo Entender la Crisis Estados Unidos – Rusia?
Parte II – la Soberanía Ucraniana y la Trampa Afgana
Omar Hassaan Fariñas
Como efectivamente estamos en plena Guerra Fría – ya esto no es meramente una opinión de quien suscribe, sino que es una observación que se puede discernir directamente de las acciones y los discursos estadounidenses – no nos sorprende la difusión constante y casi total de discursos y eslóganes del periodo de la primera Guerra Fría. En vez de motivaciones estratégicas y políticas – conceptos que no son abstractos, y que se pueden negociar – el conflicto actual es catalogado constantemente como uno entre “civilizaciones”, llevando el conflicto al máximo nivel cultural posible, con un grado de abstracción en el cual la lógica estratégica y elementos como el poder y las riquezas no pueden tener presencia válida o seria. Para eso, los gringos tuvieron que resucitar a uno de sus “gurús” de los mismos años de la última Guerra Fría, para “ponerle candela” a la guerra actual. Nos referimos aquí al famoso “Último Hombre de la Historia”, el Señor Francis Fukuyama.
El Señor Fukuyama es mejor conocido por haber anunciado entusiasmadamente la llegada de una utopía liberal global: un “fin de la historia” hegeliano, con el infinito triunfo de la democracia liberal y de los mercados (como si fuera que estos son “actores sociales” que efectivamente hacen historia) y el fin de los debates ideológicos, etc. Esto fue hace tres décadas. Ahora, el académico estadounidense ha identificado el eje de lo que él ve como una batalla mundial entre el bien y el mal. Para el habitualmente equivocado analista estadounidense de origen japonés, Ucrania es el estado que se encuentra en la frontera entre la “democracia” y el “autoritarismo”, en la actual lucha geopolítica global. Aparentemente, todas las “democracias liberales” – código para referirse a América del Norte, el Reino Unido y parte de la UE - deben apoyar incondicionalmente a Kiev, ya que el malvado Putin desea con sus planes que esta implementado sin la más mínima razón o provocación, revertir los “logros” de la democracia europea desde 1991 y crear una esfera de influencia rusa en todo el territorio del antiguo Pacto de Varsovia.
En otras palabras, Fukuyama ha estado disfrutando de los capítulos de la serie de televisión estadounidense “Los Simpsons”, inspirado por un episodio en el cual los rusos ladina y engañosamente revelan que sus planes desde el comienzo eran la recreación de la Unión Soviética.[1] Aunque ciertos lectores quizás creen que estoy exagerando, en realidad comparar la política actual con le Ilíada no es precisamente un ejercicio tan descabellado. Fukuyama, en sus últimos artículos, menciona brevemente a la China (aunque el énfasis es siempre el “Satanás” de Putin). Los chinos están observando cómo responde el Mundo Occidental a las agresiones de Putin, mientras calculan sus perspectivas para reincorporar a Taiwán. No es de extrañar que sienta que estamos en un conflicto geopolítico global.
[1] Ver el capitulo titulado “Marea Simpson”, episodio no. 19 de la novena temporada. El capítulo fue presentado en el año 1998. Una secuencia del capítulo demuestra cómo el representante de Estados Unidos ante la ONU descubre en el plenario de sesiones que Rusia en realidad estaba conspirando desde antes para regresar sorpresivamente a ser la Unión Soviética y reimponer el Muro de Berlín. Aunque el episodio lo exponen de manera bastante burlona, es literalmente lo que está proponiendo una cantidad cada día más grande de personalidades del Mundo Occidental, todo con la burlona resurrección de Lenin. En el episodio de 1988, se ve el líder soviético levantándose como un Zombi de su tumba de vidrio, para destruir el “capitalismo”, pero en el 2022 (24 años más tarde), la “resurrección” es llamar a Putin un día el nuevo “Lenin”, y otro día el nuevo “Stalin”.
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