De Amosis I a Nasser: El Despertar del Pueblo Egipcio
Omar José Hassaan Fariñas
Estos días las calles de la República Árabe de Egipto arden con el fuego de sus jóvenes, los cuerpos policiales desaparecieron para asumir nuevas formas de represión, el ejército utiliza sus tanques para ocupar el vacío de seguridad que existe en todo el país, los negocios y los centros comerciales sufren destrucción masiva, las masacres en las cárceles se multiplican, y los gritos de protestas de millones de egipcios se escuchan por primera vez en todo el territorio de esta antigua civilización. Actuando como un capitán que se le hunde el barco, el “eterno” faraón de esta nación busca aplacar la ira de su pueblo con maniobras como la renuncia de su Gobierno (los ministros y el Primer Ministro), y como un mago en el circo, hace “aparecer” el nuevo gobierno salvador que convenientemente, tenía bajo la manga, y con eso se solucionará todo. Por primera vez en tres décadas, el “demócrata” nombra un Vice-Presidente de la República, creando “ajustes” políticos para el bienestar de su querido pueblo, pero claro, sin olvidar de enviar a su estimada familia (y sus centenares de maletas)-los de facto líderes de este Ancien Régime-lo más lejos posible de la conmoción social que ha creado recientemente el pueblo egipcio. El Presidente de esta nación se encuentra obligado a descartar definitivamente las aspiraciones de entregarle el poder absoluto al fugitivo hijo, como lo estaba contemplado durante los últimos diez años.
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